El segundo día que estuvimos en la República
Dominicana, nuestro profe nos dijo que tuvimos que ir al monumento en el centro
de Santiago en un concho. Para ustedes
que no ya saben, un concho es una forma de transportación pública usado en la
República Dominicana. Estos carros, o
coches, son sedanes viejos de cuatro puertas que tienen muchas abolladuras y
arañazos usualmente. Tienes muchas
millas y por lo general no están en condiciones muy buenas. Pero sólo cuesta veinte pesos (alrededor 50
cents) para usarlo, y es una manera rápida y fácil para moverse por
Santiago. Hay muchas rutas alrededor de
la ciudad y tan pronto como tú sepas las rutas, es muy fácil navegar la
ciudad en el sistema de conchos.
Lo que no te digo es que seis
personas (más o menos) se apilan en estos conchos pequeños. Es una experiencia que muestra el aspecto de
espacio personal (o la falta de ello) en la cultura dominicana. Puedes conocer a personas amables, e
interesantes por supuesto, mientras estás sentado casi en su regazo en el
asiento trasero del carro.
En mi primera experiencia en un
concho, nos apretamos seis personas, cinco en el asiento trasero y una en la
frente. Por suerte, las personas fueron
todos estudiantes de nuestro grupo de IU, por eso una amiga sentado en mi
regazo no era tan incómodo como un extraño.
Fue una experiencia muy cómica y divertida. Desde entonces, he montado en muchos otros
conchos con varios grupos. Muchas veces,
hay personas que no conocemos en el concho conmigo. Pero cada vez, las personas habían
estado muy agradables y yo nunca me sentía como un extranjero.
La aventura de los conchos en casi un metáfora de mi tiempo aquí hasta ahora. Al principio, fue un poco loco, confuso, e incómodo. Pero como pasa el tiempo, he aprendido mucho sobre los caminos y las personas que viven en Santiago. Definitivamente recomiendo que todo el mundo tome un concho, para la experiencia, y para aprender mucho de la cuidad y la cultura de la República Dominicana.
La aventura de los conchos en casi un metáfora de mi tiempo aquí hasta ahora. Al principio, fue un poco loco, confuso, e incómodo. Pero como pasa el tiempo, he aprendido mucho sobre los caminos y las personas que viven en Santiago. Definitivamente recomiendo que todo el mundo tome un concho, para la experiencia, y para aprender mucho de la cuidad y la cultura de la República Dominicana.
Me gusta su metáfora. Estoy de acuerdo con eso. Tuve un poco miedo la primera vez en un concho, pero es normal ahora. !Es un experiencia muy interesante, y divertido tambien!
ReplyDeleteTu experiencia es muy comico, ¡jaja! Me gusta tu foto también, ¡el hombre mira muy feliz y simpático!
ReplyDeleteTodavía yo estoy muy incómodo cuando estoy en un concho!
ReplyDelete